¿Que somos los vampiros?,
¿de donde venimos?,
, llenen de nuevo mi copa con roja sangre fresca y guarden silencio.
Que somos... seres clínicamente muertos. Almas que habitan en cuerpos sin vida aparentando una eterna juventud gracias a la sangre ingerida, tomando la energía vital de otros seres y absorbiéndola en nuestro interior
alimentando el demonio que llevamos dentro.
Alimentando esta Enfermedad y transmitiendo a otros seres por medio de lo que algunos llaman “El Abrazo”.
Las leyendas dicen que los inicios de la raza esta ligada a la historia de Alegorian. Pero para saber como se creó el que se hacia llamar “el primer vampiro” hace falta conocer su vida antes de convertirse en un maldito. En sus orígenes era un humano. Habitante de una pequeña aldea norteña cuyo nombre se pierde en las brumas del tiempo. Cultivaba su tierra, vivía feliz con su familia y vecinos. Su vida no sería digna de mención de no ser porque la guerra llamó a su puerta.
Un señor de la guerra cercano estimó conveniente agregar esas tierras a sus posesiones. Con ese acto tan común en apariencia se desencadenó una sucesión de hechos que terminó con la creación de los vampiros. Pero no adelantemos acontecimientos.
La pequeña aldea no pudo resistir en empuje del enemigo y sus habitantes se vieron obligados a huir a una ciudad cercana que contaba con cierta protección.
No sirvió de nada.
La horda arrasó a sangre y fuego la zona circundante e invadió las defensas con crueldad inusitada.
Aguantaron diez horas.
Durante ese tiempo el infierno se paseó por las calles de la ciudad mientras sus habitantes encontraban su fin en el filo de las afiladas armas de los invasores.
Alegorian refugió a su familia y parientes en un local, armó a todo el que podía empuñar un arma y se prepararon a vender caras sus vidas. La defensa se mantuvo firme, tanto que el señor de la guerra se lo tomó como algo personal y movilizó a su guardia de élite para acabar con ellos.
Eso superó la resistencia de los pobres campesinos que fueron reducidos e inmovilizados mientras los soldados se divertían con sus seres queridos. Terminaron muriendo todos, lentamente. Alegorian sufrió lo indecible mientras sus hijos y su mujer eran vejados y torturados hasta la muerte. Lloró de impotencia por no poder evitarlo y anidaron en él sentimientos de amargura
Los que habían opuesto resistencia vieron pospuesta su ejecución para el día siguiente, para deleite del señor de la guerra. Alegorian sería el último por haber liderado esa oposición.
Cada ejecución se prolongaba durante horas, mientras los valientes aldeanos eran mutilados lentamente hasta morir desangrados. Él estaba muy lejos de allí. Su odio era ilimitado y rogó en silencio a cualquiera que oyese sus súplicas que le diera medios de venganza. No le importaba el precio. Dicen que fue un demonio, otros dicen que fue un dios y algunos simplemente se lo atribuyen a la magia; pero algo o alguien escuchó las plegarias del hombre e intento sacar provecho de esto. Antiguos escritos dices que este “ente” buscaba una forma física para materializarse y fue en el moribundo Alegorian donde encontró aposento. La porción del alma que éste había transferido a Alegorian se mezcló con su odio, generando una necesidad de venganza eterna… y tenía pensado cobrárselo en sangre. Arrasó el campamento. No quedaron ni cenizas. Sólo cadáveres. Él se había llevado todas sus vidas como pago por las de sus seres queridos. Esto selló el destino del que ya era el primer vampiro. Esa necesidad de venganza degeneró en búsqueda de sangre para saciarla.
Retornó al hogar del señor de la guerra, y éste corrió la misma suerte que el campamento… Alegorian había olvidado ya la causa por la que lo hacía, ciego de venganza y ebrio de sangre.
Vagó por el mundo, buscando compañeros, la soledad le poseía y le llevaba irremisiblemente a un pozo de locura. Necesitaba a alguien con quien compartir la eternidad. La solución fue simple, se dio cuenta que su “enfermedad mágica” podría ser transmitida creando otras criaturas de su misma especie. Invadió gran parte de Weltgott, hasta que fue contactado por unos extraños seres anteriores a él y en una situación similar. Estos seres fueron llamados los antiguos, también sirvieron de receptáculo para alojar la poderosa magia, pero tenían una diferencia, no estaban malditos por la venganza que había bañado a Alegorian y que recaía sobre sus hijos. Los Antiguos lo controlaron y evitaron que convirtiera toda la humanidad en iguales. Alegorian, ya cansado de vivir intentó buscar la manera de acabar con su agonía y volver a ser el humano que alguna vez fue. Se unió con un dios, Theos Leoni, buscando con ésta el poder para acabar con su propia raza a cambio de librar batallas en el nombre de Leoni. Trato de dominar a los Elfos y en una de sus batallas encontró a Emue, Elfa de linaje real y a la que convirtió en su consorte, descubriendo en ese momento que no solo los humanos se veían afectados por tal estado mágico Vagaron ambos durante mucho tiempo, estableciendo su reino en nombre de Leoni. Pero éste, precavido y contento con los resultados pasajera alianza, tenía la forma de convertirlo en algo permanente evitando la exención de los vampiros y asegurando tenerlos como su ejercito personal.
Convenció a la joven de que su poder aumentaría si mataba a su consorte. Lo que era cierto. Pero así cancelaría el trato, y el vampirismo quedaría establecido como algo eterno. Y aquí continúa la historia... en los tiempos modernos existiendo como recuerdos de tiempos antiguos. Algunos hemos sobrevido escondiéndonos en las sombras, otros simplemente tratan de adquirir poder para buscando saciar la sed. El futuro lo tendrán que escribir ustedes y tomando el ultimo sorbo de esta copa los dejo escribiendo la historia... quizás nos encontremos y quizás me sirvas de sustento para calmar mi sed.
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